Certerismo incurable

Certerismo permanente

Editorial

Tom Apostol dijo:

«Cada rama del conocimiento es un conjunto de ideas descritas por medio de palabras y símbolos, y no se pueden comprender estas ideas sin un conocimiento exacto de las palabras y símbolos que se utilizan.»

El que no esté de acuerdo, que lo lea una y otra vez hasta que lo entienda. No estamos para perder el tiempo. Pero reflexionemos:

Qué nos ha querido decir el apostol con estas palabras?

«El conocimiento inefable te lo puedes ir metiendo por el culo.»

Ignaz Phillipp Semmelweis

Una de las cosas que se pueden hacer para ahorrar tiempo es unificar prendas o conceptos epiteliales. Por ejemplo: muchas chicas nos ponemos falda y adicionalmente nos ponemos pantalón o mallas por debajo. Como concepto unificador se podría idear un constructo pantalofaldil, a no confundir con la caida en desgracia falda-pantalón. Como nombre comercial propongo «constructo pantalofaldil», que es mucho mejor que falda-pantalón porque no tiene ese antipático guioncito en medio.

Otro constructo que me interesa es la camiseta de manga larga que falsamente se mescolanza con camisa informal de manga corta de tipo heavy-hawaiiano. Como nombre comercial propongo propongo el mismo, aunque tenga un guión ya hacia el final.

Y otro que puede tener bastante aceptación es las gafas de pasta con barba de tres días. Quizás requiera de modificación genética o de montura, y eso puede ser un inconveniente. Pero es un concepto bastante condenado al triunfo. Lo duro siempre vende. Como nombre de producto propongo el presente párrafo, a ser citado de forma inescapablemente literal, y consistiendo la abreviatura en el mismo párrafo, con las mismas palabras, gritando mucho más.

En cambio, conceptos como el chepabolso, la choliespingarda o el avionetanga seguramente no encontrarían aceptación entre el público, esa patulea de imbéciles responsables del encumbramiento de los infames helados de Häagen Datz. Precisamente por eso: por lo de los helados.

la planta joven del corte inglés

Me gusta mucho la música de mestizaje porque tiene mucho ritmo, al contrario que otros tipos de música. En ella confluyen el ritmo contagioso de la rumba con la modernidad del rap para formar una explosión musical y un cóctel de culturas que avanza imparable como un gran robot aniquilador provisto de unas maracas.

No me gusta la música así a rajatabla que se pueda incluir en una etiqueta u otra. Yo es que rechazo las etiquetas. Lo mío es sentimiento puro, del que sale del corazón. Me gustan mucho los artistas sinceros, los que creen de verdad que la música lo es todo, y esos otros que dicen que es un lenguaje universal. Cuántas veces no me habré quedado parado, maravillado al pensar en esa frase. Cuánta razón tienen todos los que la dicen o la repiten.

Ojo! que a cada uno le puede gustar una cosa, que, como decía tanto Einstein, todo es relativo, y además sobre gustos no hay nada escrito, y para gustos los colores, para cabrón yo y para puta mi madre.

los esquimales tienen una sola palabra para decir nieve

El demonio anda detrás de mí casi todo el tiempo. Lo sé porque si me doy la vuelta muy deprisa a veces no veo a nadie. Me siento casi siempre de espaldas a la pared, y un largo etcétera. Toda clase de métodos para impedir sucesos de índole demoniaca y las correspondientes preocupaciones e índoles que pudieran derivarse, que no son pocas, yo sé lo que me digo.

Observo, por ejemplo, lo limpio y sucio que está el suelo, y trato de delimitar fronteras y realizar aproximaciones. Para mí el suelo no está nunca suficientemente limpio. Si se puliera el suelo hasta quedarnos sin baldosas y luego sin cemento y luego sin lo que se suponga que haya debajo, entonces llegaríamos al suelo del planeta, que es inexplicablemente sucio y entonces no habríamos ganado nada. Esto es un a modo de ejemplo del tipo de problemas a los que incesantemente me enfrento.

Al respecto de lo limpio y no: Tengo un libro de astronomía y lo consulto a menudo en busca de sitios limpios. Me gustan algunos sitios, como Venus, con su atmósfera que me parece que es de lejía. Un sitio así no puede ser muy hóspito, pero fijo que es muy limpio. Me gustan casi todos los sitios incompatibles con la vida. Cuando el libro dice que la temperatura de la superficie es de 600 grados o que baja hasta los cien subcero por la noche, entonces me alegro y suspiro aliviado y me estoy más tranquilo y ya no me doy cabezazos con el suelo ni me arranco el pelo a puñaos.

La temperatura del sol, por poner un ejemplo, es de 5500 grados en la superfície, aunque uno esperaría que fuera mayor. Se ve que dentro sí que es mayor, pero que la superficie sólo alcanza eso. 5500. De todas formas, en un clima así estoy casi seguro de que las bacterias y otros gérmenes encuentran bastantes dificultades para llevar a cabo su labor destructiva. Que se jodan las bacterias.

Lo que hacen las bacterias y otros gérmenes es esto: Se parten por la mitad y crecen para entonces volver a partirse por la mitad. No conocen la reproducción sexual, sino que funcionan así, partiendose en dos una y otra vez y realizando copias de sí mismas con una progresión fácil de entender. Cualquiera puede darse cuenta de que uno no puede dejar a las bacterias a su aire porque en poco tiempo llegan a ser demasiadas, y las costumbres que hasta entonces eran autóctonas pasan a ser minoritarias, y catástrofes similares.

Al respecto de lo limpio y no y bacterias, tengo dos ejemplos. El primero está sacado de la televisión, , como casi todo lo que pienso. Me he limitado a cambiar un poco los nombres y a poner voces raras así como de nomo extreñío. El ejemplo es este:

>En la televisión hay un chico que sale en el programa bricomanía y que enseña cómo hacer un jardín. Tiene una sección para él, una sección de jardinería. El chaval se toma bastante tiempo para decir que para plantar un boj lo que hay que hacer un agujero en el suelo y meter la planta dentro. No sé cómo lo hace para tardar tanto tiempo.

Hasta aquí el primer ejemplo que quería traer a colación.

A mí no me gusta hacer agujeros en el suelo porque está sucio y porque no sé lo que podría encontrarme debajo. Sería terrible encontrar, por ejemplo, baldosas. Pero ver el suelo del planeta por televisión no me importa tanto. Este chico explicó una vez lo que era una compostadora. Con las ramas que había cortado hacía viruta y las metía en una especie de caja, y por cada puñado o dos de viruta añadía un puñado de bacterias. Las bacterias para hacer compost son como un polvo amarillo que viene en sacos. Si lo mirásemos con una lupa muy grande podríamos ver cómo las bacterias se están dividiendo en dos cuatro y ocho. Por suerte no tenemos ni tú ni yo una lupa tan grande aquí. Este es en realidad el final del primer ejemplo. El final de antes era mentira.

El segundo ejemplo está relacionado con la cantidad de bacterias que hay.

> Se ve que la cantidad de bacterias supera a la de células en una proporción de 10 a una. En cualquier cuerpo humano hay diez veces más bacterias que células humanas. Deberíamos dirigirnos unos a otros con expresiones tipo «eh, tú, conjunto bacteriano semoviente, alarga tu pseudópodo que me la vas a comer de canto»

Los ejemplos se supone que son para ilustrar algo que se diga antes o después. Desgraciadamente, no sé muy bien qué decir al hilo de estos dos ejemplos tan bonitos.

varando a pecho

A bordo del Nuestra Señora de Getxu no se valora la libertad en exceso. Basta mirar al horizonte para observar que tenemos más libertad de la que podríamos llegar a administrar en varias vidas. Podemos ir en cualquier clase de dirección, equivocar el rumbo de mil maneras distintas, elegir diferentes categorías de suicidios individuales y colectivos, de resistencias más o menos heroicas o tercas. Podemos elegir, además, cuál o cuáles son los topten de nuestras nostalgias. Ser más o menos evocadores, ser más o menos derrotistas, podemos ser el estereotipo del tío que aguanta a pie firme durante la tempestad pero se marea inexplicablemente en los días de calma. Nada de esto es relevante.

~ por purranki en noviembre 3, 2006.

5 respuestas to “Certerismo incurable”

  1. Nuestra Señora de Getxu te premiara por regalarnos estas cosas.

    Un beso.
    MAR

    P.D. La gata es genial 🙂

  2. La última vez que intenté dejar un comentario no me dejó. A lo mejor es que no me sabía la pregunta.
    Era sólo para decirte que «Varando a pecho» es muy poético, y por eso lo he incluido en una antología poética imaginaria.
    Besos,
    saldama

  3. Que fuerte, si no aciertas la pregunta no te deja escribir un comentario.
    Por cierto la respuesta de la acupuntura es: NO

  4. Joder.

  5. 12 años de la esta publicación, y la encuentro en mi búsqueda de grandes pensadores económicos.. ¿casualidad o causalidad?

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